Síndrome ocular del braquicefálico

Macrofisura palpebral, exoftalmia y gran pliegue facial.

Macrofisura palpebral, exoftalmia y gran pliegue facial.

Las razas chatas o braquicefálicas (Bulldog inglés, Bulldog francés, Carlino, Lhasa Apso, Pekinés, Shih Tzu,…) suelen padecer el Síndrome Ocular del Braquicefálico, de carácter hereditario. En estas razas, su propia conformación con el hocico chato, el gran pliegue facial y los ojos prominentes hacen que aparezcan problemas oculares como:

  • Macrobléfaron o macrofisura palpebral: Abertura palpebral excesiva que nos permite ver de forma anormal gran parte de la esclera (la zona blanca del ojo), dejando el globo más desprotegido.
  • Exoftalmia: Los ojos prominentes en órbitas poco profundas hacen que éstos queden más expuestos. Hay más posibilidades de erosiones corneales, queratitis por exposición o evaporación excesiva de la lágrima.
  • Lagoftalmia: Al tener una abertura palpebral excesiva y los ojos muy prominentes, los braquicefálicos tienden a tener un cierre de los párpados incompleto, dejando la zona central de la córnea desprotegida y facilitando la aparición de problemas.
  • Entropion medial: El entropión es la inversión o enrollamiento hacia dentro del margen palpebral superior y/o inferior. En el caso de nuestros braquicefálicos suele estar afectado el párpado inferior, en la parte más cercana al canto medial, y muchas veces está empeorado por la presencia de un pliegue facial excesivo. El roce constante del párpado sobre la córnea predispone a la conjuntivitis crónica, úlceras corneales y queratitis pigmentaria.
Macrofisura palpebral, entropión medial y queratitis pigmentaria medial en un Carlino

Macrofisura palpebral, entropión medial y queratitis pigmentaria medial en un Carlino

El tratamiento de este Síndrome normalmente es mediante cirugía para corregir las anormalidades palpebrales. La mayoría de los braquicefálicos necesitan una corrección quirúrgica para no tener problemas corneales a medio o largo plazo. Cuando hay alteraciones corneales como úlceras es importante instaurar un tratamiento precoz para evitar la pérdida visual (depósitos de pigmento) u ocular (úlceras que evolucionan a la perforación).

Consejos útiles para ayudar a nuestros braquicefálicos este verano:

  • Limpiar las secreciones oculares o legañas con ayuda de productos específicos para la limpieza ocular como suero fisiológico o limpiadores oculares. Es especialmente importante después de haber estado en la playa o en el mar, para eliminar bien los restos de arena o sal que hayan podido quedar en los sacos conjuntivales o en los párpados.
  • Aplicar lágrimas artificiales, sobre todo en caso de realizar paseos largos, en días ventosos, zonas con tierra o polvo, o días de mucho calor. Las aplicaciones pueden realizarse frecuentemente (mínimo 3-4 veces/día). Preferiblemente usar lágrimas artificiales en forma de gel o pomada, que permanecen durante más tiempo sobre la córnea.
  • En caso de alteraciones visuales, descarga ocular anormal, dolor ocular, cambio de coloración corneal, etc., se recomienda acudir inmediatamente al veterinario oftalmólogo.

Urgencias oftalmológicas veterinarias: Perforaciones corneales

Perforación corneal con prolapso de iris en un perro

OCULARVET                     Instituto de Oftalmología Veterinaria Comparada

Tel: 91 230 01 12      info@ocularvet.com  www.ocularvet.com

Una perforación corneal es una lesión de la córnea en todo su espesor (epitelio, estroma, membrana de Descemet y endotelio), con salida de material intraocular.

La principal causa son los traumatismos directos sobre la córnea que perforan el ojo (comúnmente por arañazos de gato, traumas por astillas, mordeduras, etc.). En otras ocasiones, la córnea se perfora por la evolución desfavorable de una úlcera complicada con queratomalacia o descemetocele.

Los signos más frecuentes que encontramos en una perforación corneal son:

  • Blefaroespasmo severo.
  • Epífora
  • Prolapso de iris.
  • Edema endotelial.
  • Herida corneal en todo su espesor
  • Tapón de fibrina en el lugar de la perforación.
  • Hifema.

– Si la perforación es pequeña, con tapón de fibrina que bloquea la salida de humor acuoso al exterior, y uveítis leve, trataremos con antibióticos tópicos que cubran todo el espectro de Gram+ y Gram- (Ej. moxifloxacino/tobramicina), ciclopléjicos (tropicamida), y AINEs y antibióticos (doxiciclina, cefalexina, amoxicilina/clavulánico) sistémicos. Podemos colocar una lente de contacto terapéutica para dar un mayor soporte tectónico a la córnea.

Perforacion corneal por evolucion desfavorable de una ulcera complicada por pseudomonas.

Si la perforación presenta salida de humor acuoso o prolapso de iris, además del tratamiento médico está indicada la cirugía de urgencia para reposicionar el iris y reconstruir la córnea. El empleo de material viscoelástico facilita la  cirugía y minimiza el daño tisular. La sutura de la herida se realizará con material de 9/0 o 10/0. Si no es posible enfrentar los bordes de la herida, además de resolver el prolapso, realizaremos injertos de submucosa intestinal porcina, matriz extracelular de vejiga urinaria, membrana amniótica o córnea, con el fin de reconstruir el defecto corneal.

La realización de este tipo de intervención debe realizarse por un oftalmólogo veterinario con experiencia, siempre bajo microscopio quirúrgico.

Proptosis o salida del globo ocular de su órbita

OCULARVET-Instituto de Oftalmología Veterinaria Comparada

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La proptosis ocular es la salida del globo de su órbita y suele deberse a traumas como golpes, peleas entre animales, mordeduras o atropello. El globo queda atrapado por delante de los párpados, que a su vez impiden su reintroducción espontanea por la severa congestión de todos los tejidos perioculares.

En los perros de razas braquicefálicas (Pekinés, Shih Tzu, Lhasa Apso, Carlino, Bulldog francés etc.) la cavidad orbitaria es menos profunda y además suelen tener macrobléfaron, por lo que es más fácil que pueda salir el globo incluso con pequeños traumatismos o con hiperexcitación. En los gatos o en las razas dolicocefálicas se requiere un trauma muy severo para provocar una proptosis.

Tras la proptosis, debido al compromiso vascular y a la inflamación secundaria, es muy frecuente que el nervio óptico se dañe de forma irreversible, generando ceguera en el ojo afectado. La córnea queda desprovista de la protección de los párpados por lo que rápidamente se pueden formar úlceras que progresen hacia la perforación.

En el tratamiento, lo más importante es la reposición del globo ocular en la órbita, siempre y cuando éste sea viable (se excluyen los casos de avulsión completa del nervio óptico, perforación ocular o rotura de más de tres músculos extraoculares, donde se recomienda la enucleación del globo, directamente).

Se aconsejará al propietario del animal que humedezca la córnea de forma continua con suero frío y gasas humedecidas durante el traslado del paciente a nuestra consulta, evitando además que el animal se autolesione.

La reintroducción del globo ocular en la órbita debe hacerse bajo anestesia general. Una cantotomía lateral facilitará su reposición. Se realizará una tarsorrafia temporal dejando un espacio sin cerrar en el canto medial para instilar colirios, y se suturará, asimismo, la cantotomía.

El tratamiento postoperatorio va dirigido principalmente a controlar la inflamación del nervio óptico,  disminuir la inflamación periocular, prevenir la infección, y tratar el daño corneal (corticoides sistémicos, y tópicos si no existe úlceración corneal, y antibióticos sistémicos y tópicos de amplio espectro).

A las tres semanas se retirarán los puntos de la tarsorrafia para valorar de nuevo las estructuras intraoculares, siempre y cuando el globo se encuentre en su posición fisiológica en la órbita, con perfecta movilidad palpebral.

Las secuelas más frecuentes son la ceguera y el estrabismo lateral debido a la rotura del músculo recto medial.

En algunos casos, el ojo mantiene una uveítis crónica o avanza hacia una ptisis bulbar, aconsejándose finalmente la enucleación.