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Una úlcera corneal es una herida en la córnea que puede ser superficial, estromal media, estromal profunda o un descemetocele.
La ulceración corneal es la afección oftalmológica más frecuente en nuestras especies domésticas (perros, gatos, caballos). Las úlceras corneales no complicadas suelen ser secundarias a un trauma leve (mecánico o químico), a alteraciones palpebrales (distiquias, cilios ectópicos, entropión, blefaritis alérgicas, etc.), a alteraciones en la película lagrimal precorneal (queratoconjuntivitis seca) y a infecciones por virus (Ej. herpesvirus felino).
El test de fluoresceína nos ayudará a identificar las úlceras, tiñiéndolas de verde.
En las úlceras superficiales se daña el epitelio y a veces las primeras capas del estroma. Estas úlceras son muy dolorosas porque afectan a la parte más superficial de la córnea, por donde discurren las terminaciones nerviosas del V nervio craneal o trigémino, encargado de proporcionar sensibilidad corneal.
El tratamiento médico consistirá en eliminar la causa (cuerpos extraños, cilios ectópicos, distiquias, entropión, etc.), aplicar antibióticos de amplio espectro (cloranfenicol o triple antibiótico: neomicina, bacitracina y polimixina B) y ciclopléjicos (atropina, tropicamida o ciclopentolato), estos últimos con el fin de disminuir el dolor producido por el espasmo del cuerpo ciliar.
En las úlceras profundas y descemetoceles se daña un mayor espesor del estroma corneal, apareciendo signos claros de uveítis anterior.
En estos casos, es fundamental realizar citología y test de sensibilidad para instaurar un tratamiento antimicrobiano adecuado. La tinción Gram nos ayudará a elegir la antibioterapia inicial, al diferenciar en nuestra citología la presencia de bacterias Gram+ o Gram-, hasta obtener los resultados finales del cultivo y test de sensibilidad. Con la citología también seremos capaces de identificar elementos fúngicos, muy frecuentes en las úlceras de los caballos.
En las úlceras profundas y descemetoceles, además del tratamiento médico, es necesaria la cirugía, para dar soporte tectónico a la córnea y favorecer su reparación. Como tratamientos quirúrgicos más habituales se encuentran los injertos con diversos biomateriales (submucosa intestinal porcina, matriz extracelular de vejiga urinaria, membrana amniótica), flaps conjuntivales, trasplantes de córnea y transposiciones córneo-conjuntivales.
Al tratamiento quirúrgico debemos añadir antibióticos que cubran Gram+ y Gram- (ej. moxifloxacino/tobramicina), inhibidores de las proteasas (suero autólogo, homólogo o heterólogo, EDTA, NAC) y midriáticos/ciclopléjicos (tropicamida, ciclopentolato) tópicos, AINEs sistémicos para tratar la uveítis y, en el caso de úlcera con queratomalacia, se recomienda el uso de doxiciclina oral, con acción anticolagenasa.
El empleo de CORTICOIDES tópicos está totalmente contraindicado en las úlceras corneales.